La vida política de Chiqui ­-nombre con el que se conoce a Manuel Jiménez Barrios, alcalde de Chiclana de la Frontera durante una década­- tuvo un punto de inflexión en el año 2013: fue entonces cuando ascendió a consejero de Presidencia en el Gobierno de Andalucía. Después de la ruptura del pacto entre socialistas e IU, y de la destitución de Diego Valderas, el chiclanero pasó a ser uno de los hombres fuertes de Susana Díaz, a la sazón presidenta de la Junta en la IX legislatura. En abril 2015, la propia presidenta de la Junta le eligió como vicepresidente, al tiempo que le mantenía como consejero de Presidencia y Administración Local; durante la toma de posesión, el chiclanero fue quien prometió en primer lugar su cargo. Nacido en Bornos, en 1957, Jiménez Barrios estudió en la Universidad de Cádiz (Relaciones Laborales, concretamente), y comenzó su carrera en Sevilla ­como diputado andaluz-­ en 2012 (fue portavoz adjunto del Grupo Socialista, y portavoz en la Comisión de Administración Local y Relaciones Institucionales).

Asumió, durante su etapa hispalense, otras labores: las de secretario general para el Deporte de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte (2004­-2011), así como las de delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz (2011­2012). Su experiencia política le precedía en otros niveles, como el supramunicipal (fue vicepresidente primero, entre 1991 y 1995, de la Diputación de Cádiz); igualmente, pasó por el Consejo de Administración de Unicaja, entidad financiera de la que llegó a ser vicepresidente segundo (1999-­2004). Funcionario de la Diputación gaditana, Chiqui acumuló, sin embargo, años de ‘municipalismo’, a saber: como alcalde de Chiclana (desde 1994 a 2004), y presidente, de 2003 a 2004, de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP); o de la Mancomunidad de Municipios de la Bahía de Cádiz, que también presidió.

Manuel Jiménez Barrios había conocido ­-prácticamente-­ todos los estratos de la Administración Pública; de ahí que, como decía Antonio Ruiz Valdivia en El Huffington Post ­-en un reportaje titulado “Los hombres de la presidenta”­-, fuese “la imagen institucional” que Díaz había de escoger para un período político convulso, en plena crisis económica y con escenarios municipales en transformación (al fin y al cabo, la cosa pública no tenía secretos para él, según los comentaristas políticos). Francisco Sánchez Zambrano, periodista del Diario de Sevilla, abundaba en esta idea al afirmar que si algo aportaba seguro el nuevo titular de Presidencia al Gobierno andaluz en 2015 era “experiencia, la misma que ha atesorado en tres décadas de política activa. Y además una experiencia con dos vertientes: la municipalista y la autonómica”.

Enamorado de La Barrosa

Pero, ¿quién era realmente este político gaditano, chiclanero para más señas? Jiménez Barrios -­o Chiqui, como es conocido por todos-­ tenía su hogar en Chiclana de la Frontera, adonde llegó siendo niño con su familia. Debutó como político en 1983, a los 25 años de edad, como concejal de su “su patria chica y adoptiva”, Chiclana. “Las obligaciones laborales de su padre llevaron a toda la familia a Chiclana”, escribió Sánchez Zambrano. Siempre se ha considerado chiclanero, de pies a cabeza. Sánchez Zambrano realizó también esta semblanza suya en el Diario de Almería, destacando su aversión por la estridencia y su pasión por “el diálogo y la política con mayúsculas”.

Casado y padre de dos hijas, amante del balonmano ­-deporte que practicó en su juventud-­ y de La Barrosa, su fama de hombre moderado, afable y conciliador le perseguía. Cuando en 2013 asumió, de manos de Susana Díaz, la importante consejería de Presidencia, visitas a Chiclana como ésta que relataba Europa Sur (en septiembre de ese mismo año) adquirieron un matiz especial. No solamente firmó en el Libro de Honor del Ayuntamiento, presidido por Ernesto Marín (alcalde del PP en ese período), sino que recibió de manos del regidor un regalo muy especial: un busto del dramaturgo chiclanero Antonio García Gutiérrez. “Chiclana puede contar conmigo”, dijo Chiqui por aquel entonces.

Chiqui, alcalde

Una década como regidor da para mucho, de ahí que a Manuel Jiménez Barrios se le conozca tan bien en Chiclana. Bajo su mandato se firmó el acuerdo definitivo sobre la reversión de los terrenos del poblado de Sancti Petri a favor de la ciudad (por 5,1 millones de euros, y después de casi una década de litigio judicial). Un año antes ­-en 2002­-, el alcalde inauguró un Centro de Especialidades que daría servicio sanitario a alrededor de 200.000 usuarios, tanto de la zona de la Janda como de Chiclana; fue en ese tiempo cuando culminó el proceso de adquisición de fincas en la Plaza Mayor (que tenía como finalidad la realización de una gran plaza en el centro de la ciudad). Entre otras actuaciones que se sucedieron en las legislaturas que presidió está la construcción del pabellón polideportivo Ciudad de Chiclana, en 1995.

La vida cultural experimentó una considerable revitalización gracias a la muy demandada y esperada Casa de la Cultura, además del Teatro Moderno (ambos equipamientos, que vieron la luz en 1999, se verían ampliados con la transformación de la Casa Briones en centro cultural y sede de la Fundación Fernando Quiñones, cuatro años después). O con la apertura en 2003 del Museo Taurino Municipal (bautizado como Francisco Montes “Paquiro”, en honor al mito del toreo chiclanero). Antes ­-en 1997-­, el Museo Marín de Muñecas abrió sus puertas en la propia fábrica de José Marín Verdugo. Se trataba de la colección de Pepe Marín, el conocidísimo artesano y empresario chiclanero (creador de las legendarias muñecas flamencas).

En 1999, JIménez Barrios fue elegido por mayoría absoluta como alcalde de Chiclana, tras la victoria socialista en aquellas elecciones municipales. El llamado Puente del 7º Centenario ­-sustituto del antiguo puente presa-­, sería inaugurado en 2000, mientras que poco después el Iberostar Novo Sancti Petri Golf Club (por aquel entonces, Club de Golf Novo Sancti Petri), ampliaba sus instalaciones, desde los 27 hoyos originales previstos por Severiano Ballesteros ­-el diseñador del campo-­ a los 36 actuales. Ocurrió en 2001. Un año más tarde, el baloncesto local alcanzó un logro muy importante: el Baloncesto Vipren Ituci ascendió a Primera División Nacional.