Pare quiero que me digas
¿Por qué está triste el abuelo?
Que ya no juega conmigo,
Ni me lleva de paseo.
Enorme está Antonio Alemania (Chiclana de la Frontera, 1956) en estas sevillanas las de “El abuelo”, la conmovedora historia de un niño, preocupado ante el duelo y la tristeza del abuelo que ha perdido a su esposa. Cantante, compositor y carnavalero, Antonio García González (su nombre real) empezó en el mundo de la canción siendo muy joven. Grupos de rumberos como Los Mestizos le vieron dar sus primeros pasos, que le llevaron a girar por Barcelona, ciudad como se sabe muy vinculada a la rumba. Gozó de gran éxito y aceptación en esta formación, así como con proyectos musicales como Los Rumberos de Chiclana (todo un referente del género en la provincia gaditana, a mediados de los setenta), donde ya cultivaba el palo flamenco por el que es más conocido: las sevillanas. Y apuntaba maneras, en composiciones como “Mi rumbita”, “Rumba del verano” o “A Sancti Petri”. Fue la era de los casetes, el auge de la rumba vallecana Los Chichos, Los Chunguitos, Los Calis en versiones flamencas, la llamada “música de gasolinera” donde reinaba el pop gitano, según el periodista Luis Troquel.
Así, Los Rumberos de Chiclana se convirtieron en nuestra aportación de aquellos años; eso sí, alternando la rumba con la sevillana. Sin embargo, Antonio dio un giro a su carrera cuando comenzó sus incursiones en el entorno carnavalero, donde se convirtió en referente para toda una generación. Icono de la fiesta en Chiclana, su carrera musical en las comparsas de la villa que se colaban en el prestigioso Concurso de Agrupaciones Carnavaleras del Gran Teatro Falla de Cádiz hizo época.
Maestro de sevillanas
Una vez abandonado el Carnaval a finales de los ochenta, Antonio orientó su carrera artística al género de las sevillanas; su amor por la Romería del Rocío Antonio es rociero de corazón, aquí lo podemos apreciar en el camino de 2012 influyó decisivamente en la inspiración del cancionero de este chiclanero. Sus discos en solitario obtuvieron el respaldo del público y de la crítica especializada. El flamencólogo madrileño Antonio Escribano Ortiz autor de “Chiclana siempre flamenca” (2001) le tiró unas cuantas flores bonitas en este libro, donde describió a Antonio como “un artista dispar, lleno de fuerza interpretativa, sensibilidad a la hora de crear, apto para gustos musicales variados pero, sobre todo, con mucho sur en cada poro de su piel”.
Sureño y consciente del poder de seducción del Rocío fuera de Andalucía, su proximidad y sensibilidad hacia al universo rociero le ha permitido componer temas para artistas como el madrileño Antonio Mata (“Espérame”, dedicado a la Hermandad rociera de Moratalaz e incluido en el disco debut de Mata, “Un mar entre nosotros”, de 2008; coproducido junto con el propio Antonio Alemania). En 2011 fue pregonero de la Hermandad del Rocío de El Puerto de Santa María. Casado con la gaditana Nina Delgado, el músico y cantante es padre de tres hijos, que siguen sus pasos como comparsistas e intérpretes.
En la tradición de unas preocupaciones sociales e incluso, en este caso, políticas de unos Ecos del Rocío, ahí tenemos a Antonio Alemania en “Dos idiomas, dos banderas”: sevillana que recoge las inquietudes del hijo de emigrante; la historia del clásico charnego, a caballo entre distintas ciudades y culturas (la andaluza y la catalana, en la canción). El difícil apego de quien se siente enraizado en dos lugares distintos…
“si voy,/ como cada año,/ si voy como cada año/ al pueblo a veranear/ dicen cariñosamente,/ al saludarme la gente,/ ya está aquí el catalán
por las dos siento cariño/ mis raíces son del sur/ y en Catalunya nací/ a ver si me dices tú,/ si soy de allí o soy de aquí”
Regreso al Falla
Después de 24 largos años de ausencia su última participación había tenido lugar con la comparsa Pescadores fenicios, en 1987, volvió al Carnaval de Cádiz. Y lo hizo a lo grande: con el primer coro de Chiclana que actuaba en el Teatro Falla. Antonio Alemania dirigiría y compondría la música del coro, haciendo equipo con su letrista de siempre, Manuel Meléndez Butrón. El proyecto se llamó 5 de Marzo, en honor a un episodio histórico: el Sábado de Carnaval de 2011 coincidía con esa fecha, cuando se cumplían dos siglos de la Batalla de Chiclana (o Batalla de La Barrosa, en la que las tropas anglo-españolas se enfrentaron contra el ejército francés). El público, cuentan las crónicas, le recibió con una gran ovación durante el solo que se marcó en el popurrí; quien tuvo retuvo, como suele decirse: su barba inconfundible le señalaba como gran personaje de aquella edición.
El Diario de Cádiz publicó la noticia, haciendo hincapié en el hecho de que fuera el estreno de Chiclana en la categoría de coro, dentro del Concurso del Falla. Antonio Alemania reconoció, no obstante, que en la villa chiclanera predominaba más la comparsa. Si bien aquello era un reto, y constituía una gran oportunidad para celebrar esta importante efeméride: no solamente de Chiclana, también de la Guerra de la Independencia en general, llevando el arte carnavalero de Chiclana a la plaza de la Catedral… En 2013 volvió al certamen gaditano con La Pluma, continuando con una trayectoria que comenzó con agrupaciones como El Carota o chirigotas como Los Majaras del Desierto. Está claro que, sombra o presencia, la figura carnavalera de Antonio Alemania sigue siendo muy alargada.