Que atravesamos una situación difícil es algo patente en todos los sectores, pero si hay uno que lo está notando especialmente es el del motor. Durante este verano, las ventas de coches en Chiclana han experimentado su peor momento. Las ventas en el sector del automóvil han descendido considerablemente respecto al pasado año en la localidad, y eso sin compararlas con las de años anteriores.
¿Las causas? A parte de la inestabilidad económica de las familias debido a la situación actual, los profesionales culpan especialmente a la dificultad actual para acceder a un crédito.
Aún así, los concesionarios mantienen la esperanza de que la situación mejore en los pocos días que quedan de agosto, ya que tradicionalmente suele ser una buena época para la venta de coches. Además, a partir del 1 de septiembre el IVA para la adquisición de vehículos subirá tres puntos, pasando del 18% al 21%, lo cual podría resultar un incentivo para apresurarse a comprar un auto antes de esa fecha, pero esto tampoco parece un incentivo a la hora de que los chiclaneros y foráneos se animen a comprar un coche antes de esa fecha.
Un empleado de un concesionario explicaba a «El Diario de Cádiz» que «sólo durante los meses de verano es cuando notamos una mejoría en las ventas y en la reparación de vehículos. Los turistas que vienen hasta aquí y tienen que reparar sus vehículos prefieren acercarse al taller oficial de la marca del coche por comodidad y facilidad. Otros aprovechan y miran precios y muy pocos deciden adquirir el vehículo. Nunca he visto las ventas en estos niveles. Sólo te puedo decir que hoy vamos a entregar dos coches reparados a sus dueños cuando esto antes era un no parar». Habitualmente, una vez terminada la temporada estival, las ventas en el sector automovilístico descienden de forma progresiva.
El futuro no promete momentos mejores. Los concesionarios presagian que, a partir de ahora, los consumidores se verán obligados a ahorrar para poder adquirir su vehículo y se decantarán por vehículos de gama baja y kilómetro 0. Los vehículos de gama alta y gran cilindrada que antes circulaban con frecuencia por las calles chiclaneras son, cada vez más, una especie en extinción.
