- Dos estructuras en U de 400 metros cuadrados
El vigésimo aniversario de la Pista de Skate del Parque Municipal “Santa Ana” -pionera en Chiclana de la Frontera- tuvo lugar en diciembre de 2011 y se celebró por todo lo alto: hubo una gran patinada, se repartieron premios y regalos para quienes allí se congregaron, y por supuesto no faltaron buenas dosis de hardcore y punk (¡había dj, claro!)… No era para menos. Dos décadas de vida del que fue el punto de partida de la comunidad skater chiclanera: era como para celebrarlo. Skaters como Gacel Notario, Carlos Rivera, Jochen Ghysels, Rubén Rueda, Kiko Aguilar, Correa, Tanin, Germán Pontiga, Pablo Berenguer, Ignacio Morata, Epi, Germán Periñán, Alberto Velázquez y José Panés mostraron su talento en la rampa (he aquí el documento YouTube que lo testimonia, con banda sonora de los New Bomb Turks incluida). La llamada “Rampa de Santa Ana” se construyó en 1990, junto al Polideportivo Municipal “Santa Ana” (la instalación más antigua de Chiclana, “El Poli” de 1977), y desde el principio fue el “sitio donde había que estar” si se quería hacer algo con el patín, o simplemente formar parte de la comunidad skater.
Desde que la rampa de Santa Ana se puso en marcha, han sido muchas las tardes en las que jóvenes chiclaneros y venidos de otras partes de la provincia de Cádiz han ido aprendiendo a realizar trucos, convirtiéndose en skaters. Pasados tantos años, patinadores de diferentes generaciones se han seguido reuniendo ahí para compartir la vorágine del patín en jams y encuentros muy especiales. Aunque el Parque Municipal de Skate en el Parque Periurbano “Las Albinas” -con sus 1.000 metros cuadrados de bordillos, planos, gradas, cajón, una pirámide, un ‘grind box’, etcétera-, o instalaciones más pequeñas como “El Arenal” sean parques de nueva generación, el encanto de la pista de Santa Ana reside precisamente en su antigüedad. Es un símbolo para los patinadores de Chiclana: como José Panés (Pitu), responsable de Riderland, una ‘skate school’ para novatos.
Escuela de skate
Abierta en 2013, Riderland es una escuela por y para futuros skaters. Situada en Los Gallos, se alza ya como un excelente espacio para acercar a los pequeños al mundo del patín (de manera segura y educativa). Pitu, patinador profesional, acumula una gran experiencia en el manejo de la tabla de skate: “cuando dejé de patinar de manera más intensa en campeonatos y eso decidí montar la escuela, primero para que los chiquillos aprendan y no lo hagan a base de porrazos, como lo hicimos nosotros, y también porque pensé que había una demanda en la calle de este tipo de servicio”. Este patinador chiclanero, que ha construido las rampas de la escuela con sus propias manos, asegura que Chiclana tiene pasado en el mundo del skate, sí. Tanto como futuro.