El novísimo Mercado de Abastos de Chiclana -situado en la Plaza de Las Bodegas- es un espacio de convivencia. Sabe lo que vende: como es un mercado del siglo XXI, lo cuenta estupendamente en este vídeo. Pero lo mejor del Mercado de Abastos chiclanero es llegarse allí mismo; pasear entre los puestos, percibir ese carrusel de olores frescos, comerse con la vista una montaña de sandías, planear el almuerzo de los pequeños, irse a por avíos para una cena delicatessen con los amigos, echar un ratito en las cantinas o comer en la freiduría, desayunar en la churrería, celebrar la existencia de La Plaza misma… Es así como los chiclaneros conocemos nuestro Mercado de Abastos. Con la frescura, naturalidad, variedad y calidad del género: ya sean pescados, carnes, frutas y verduras, cositas de recova, congelados y charcutería, conservas y semiconservas, pan y bollos, encurtidos, frutos secos y especias, mariscos y cocidos, pastelería y helados, golosinas… U otras muchas cosas, porque en este emplazamiento también se venden artesanías y flores. Paco Aragón (arquitecto muy querido en la ciudad, y prematuramente fallecido en julio de 2013, a los 43 años de edad) fue el responsable de su brillante diseño, desde su estudio de la calle Iro; una placa instalada en el Mercado de Abastos recuerda con cariño al malogrado arquitecto chiclanero.
Plaza de Abastos, Chiclana. #Chiclana #ChiclanadelaFrontera – Chiclana
Comprar el periódico, o mandar a remendar un zapato. Son algunas de las muchas cosas prácticas que podemos hacer en el Mercado de Abastos. Se sabe que, en estos tiempos, el hacer la compra en el mercado va más allá de la socialización vecinal. La cultura gourmet que poco a poco se instala en las ciudades con aspiraciones de modernidad tiene en estos vetustos espacios (reconstruidos, en el caso chiclanero que nos ocupa) un aliado fundamental. Como dice este post del blog de Anida, la supervivencia de las plazas de abastos pasaba por transformar sus ofertas, “idear nuevos usos y propuestas”. En este sentido, son muchos los mercados decimonónicos que se han convertido “en templos gastronómicos reformados a partir de una fórmula de éxito que combina exclusividad, calidad, ecología y ocio”.
La senda que el viejo mercado chiclanero ha seguido es, precisamente, la de la renovación en relación con el ahorro energético y las innovaciones tecnológicas. Su sostenibilidad pasa necesariamente por el aprovechamiento de la energía que generan las placas fotovoltaicas que proveen de hasta 100 kilovatios por hora (y que a su vez dan servicio a la residencia de ancianos que ocupa la planta alta del mercado; el geriátrico, a su vez, cubre sus necesidades de agua caliente con placas térmicas). Otra importante novedad es el uso de las aguas subterráneas -de temperatura más baja que el aire- para los sistemas de refrigeración. El País dedicó este artículo (“Un mercado movido por el sol”, firmado por Libertad Paloma), al carácter sostenible de la instalación.
Innovación combinada con los tradicionales puestos, las bondades del centro comercial y la hostelería de toda la vida. Es un mercado puntero en el territorio nacional, y se nota. Mantiene la esencia, también. Esto se materializa en la venta de productos de la tierra: en la ventresca de atún de la pescadería Pepi y Clemente, en los boquerones limpios de los Hermanos Muñoz, los atunes de los Hermanos Pérez (son especialistas, ojo), las chacinas chiclaneras de la Carnicería Juan Quintero, los embutidos de Agustín Jiménez ‘Pane’, las verduras del terreno que ofertan Frutas Mari y su equipo, las frutas de temporada (100% gaditanas) de El Pincho, en las acelgas, coliflores y lechugas de Manoli Romero…
Mercado de Abastos #Chiclana #ChiclanadelaFrontera https://www.dechiclana.com/item/mercado-de-abastos/ Imagen esférica
Un mercado con solera
Mª del Carmen Ponce Aragón pertenece a la tercera generación de pescaderos de su familia: un clásico, puede decirse, de La Plaza de Chiclana (Pescadería Ma del Carmen, oiga). Su marido la acompaña en su quehacer diario entre pescadillas, huevas, caballas, chocos, besugos y robalos, según la pesca del día. El puesto perteneció al abuelo, luego fue de su padre: ahora ella es la que lo lleva, e incluso ya está preparando el terreno a quienes tomarán el testigo. Esta pescadera aparece en un magnífico reportaje gráfico que el Diario de Cádiz publicó con motivo de la rehabilitación del Mercado de Abastos de Chiclana. No faltan apellidos con tradición en esto del mercadeo: le pasa a Aurora Alba, que regenta junto a su hermano Antonio el puesto número 10 (Pescadería Antonio Alba). Su padre se tiró 70 años en el negocio de vender un género que, mayormente, viene de dos lonjas (la de El Puerto y de Cádiz). Pescadería Ricardo pude presumir -y presume- de tener siempre pescado fresco: almejas gallegas, salmonete, pulpo, breca, mojarras, gambas de la zona… Así lo aseguran Gema y Ana Belén, detallistas del puesto. De lo mejor del mercado.
Tradición y modernidad son un matrimonio bien avenido, en este caso. Ejemplo de ello es la centenaria Carnicería El Mónico, regentada por el detallista Joaquín García Tocino. Quizá con ese apellido estaba predestinado a dedicarse a un puesto que estrenó su bisabuela Mónica por eso se llama así el negocio, que empezó elaborando su propia manteca. La longevidad del puesto no impide a Joaquín atender pedidos a través de mensajes y correos electrónicos (en la era del móvil como ordenador andante): ok computer, eso por descontado. Una década al frente de su puesto (el número 21), lleva Antonio Castañeda: vendiendo productos de Chiclana… Tomates, manzanas, patatas. La Frutería Manuel Flores tiene un plus, además: la cosecha propia (obtenida de su huerta), amén del género chiclanero, o traído de Conil y Chipiona.
Se denomina recova a la actividad de aquellos detallistas que compran huevos y gallinas para venderlas posteriormente. La Recova Alejandro y Mili es una de las que forman parte de la familia del Mercado de Abastos de Chiclana. Los filetes de pollo que Alejandro Garrucho corta con destreza son harto conocidos por sus clientes habituales. La estrella de su puesto es, pues, el pollo (así como el pavo y la gallina). La gente de Francisco Martín Caballero Polanco, por su parte, tuvo un vivero tiempo ha. Hoy, Francisco vende plantas y flores en Floristería Francis, su negocio, y controla a la perfección la decoración floral en iglesias y celebraciones. Las orquídeas son la especialidad de la familia Chaves (Flores Arte Floral La Casita); su experiencia, de 40 años, ¡que se dice pronto!
Una plaza con futuro
El reto del Mercado de Abastos de Chiclana, punto neurálgico de la ciudad, es grande. Seguir atendiendo con el trabajo, el mimo, la selección, el cuidado y la elaboración de siempre; manteniendo altos estándares de calidad, y abriéndose a transformaciones y cambios. Abrir los viernes por la tarde se ha convertido en un atractivo reclamo para posibles -ocupados, estresados- clientes. Chiclaneros (de aquí, de paso, de adopción) que vuelven a la plaza para hacer sus compras de una manera distinta. Disfrutando de un trato que tiene mucho de exquisito, y de abierto. Comprar en el mercado es una experiencia que enriquece, que nos emparenta con un estilo de vida más tranquilo y saludable -más ‘slow’-, placentero y sano. Un estilo de vida más sostenible y amable.
Su reapertura tuvo lugar en en medio de la alegría generalizada (La Plaza es un lugar emblemático para los chiclaneros). La historia quedó así de bien: 3.300 metros cuadrados de superficie y una inversión de 5,4 millones de euros. El resultado supuso duplicar el espacio para los detallistas (79 puestos, 14 de ellos de titularidad municipal), y adaptarse a la actual legislación higiénicosanitaria concerniente al sector. Con auténticos ‘outsiders’ como Andrés Grimaldi García (conocido como ‘El Meinato’) que, en plena calle, vende sus tagarninas, espárragos, cardillos y piñones, cuando no higos o caracoles chicos de su campo. Continuando con una tradición materna que sigue, con orgullo, él mismo.
La década de los años veinte vio nacer este espacio para colmados y puestos. Con el nuevo siglo -en marzo de 2009, concretamente-, La Plaza abrió sus puertas en un enclave rehabilitado para tal fin. Su amplitud, la posibilidad de aparcar en un flamante parking, el colorido de su espectacular género, la simpatía chiclanera, la frescura de sus productos, el ambiente relajado… Hacen del Mercado de Abastos de Chiclana un lugar imprescindible en nuestro día a día. También si estamos de vacaciones, haciendo turismo en Chiclana de la Frontera. Hay que ir.