Inaugurado en 1985, un lustro antes que el campo de Seve Ballesteros (el Club de Golf Novo Sancti Petri) el Club de Golf Campano fue diseñado por Robert Trent Jones (1906-2000), y se caracterizó -desde sus inicios- por ser tan coqueto como placentero. Conocidísimo en el mundo del golf, Trent Jones ha pasado a la historia como uno de los mejores arquitectos-diseñadores de campos de golf; trabajó en todo el mundo, y llegó a firmar nada menos que 500 proyectos (entre ellos, 21 de los campos que han sido sede del importantísimo US Open). En los ochenta, trajo su talento a Chiclana de la Frontera.
El recorrido inicial era de nueve hoyos, si bien posteriormente -en 2006- se fueron añadiendo los demás, hasta alcanzar los 18 hoyos actuales, convirtiendo este campo en clase extra. Los hoyos van discurriendo a través de un ‘green’ amable, con poco ‘rough’ y excepcionalmente liso, paralelo a San Andrés (el conjunto de villas que los cobija).
Mide 6.150 metros y se distingue por su abundante y hermosa vegetación, entre pinares y olivos vetustos. Los primeros nueve hoyos se juegan en un ‘parkland-course’ en mitad de las maravillosas y amplias villas de la urbanización. Su hoyo 2 es el más destacado, capaz de poner en aprietos al más fino jugador: pide firmeza en el golpe del caballero o la dama, más que fuerza.
Tres lagos grandes, así como sus amplios ‘greens’, invitan a cada jugador –amateur o profesional- a superarse en su propio juego, realizando golpes largos y precisos con la finalidad de evitar los obstáculos. Por lo demás, los ‘connoisseurs’ del golf recomiendan su campo de prácticas.
Un campo “de culto”
Todo empezó con una pequeña colonia procedente de Gran Bretaña y asentada en lo que llegaría a llamarse Novo Sancti Petri. Habían llegado a este punto de Chiclana buscando sol y tranquilidad; así se formó San Andrés, la urbanización que dio nombre -San Andrés Golf- al primer campo de golf de la que sería, tres décadas después, punta de lanza del turismo de golf en Cádiz, la urbanización de Novo Sancti Petri.
El club de golf con el que aquellos turistas residentes se entretenían (algo lógico, dado el amor que existe en las islas británicas por este deporte), y que solamente era conocido por la afición local, terminó siendo el Club de Golf Campano. Un campo de golf “de culto”, imprescindible en la geografía de este deporte en Chiclana.
