La organización de los cambios que tendrá la Feria de San Antonio este año, está provocando que surjan algunas reacciones en algunos de los sectores afectados.
Uno de estos sectores que se muestra preocupado son los responsables de las casetas, que se van a instalar en el recinto ferial. En un encuentro con la delegación municipal de Fiestas, se trató el problema que puede traer la notable reducción en el número de casetas que se instalarán en Las Albinas, ya que la demanda se ha reducido, pasando de 36 casetas, el año pasado, a 23 en este año.
Aunque el Ayuntamiento propuso que en los huecos libres entre las casetas se iban a habilitar terrazas para aumentar el espacio entre los recintos, finalmente dicha idea no ha sido demasiado bien aceptada, ya que la mayoría de los caseteros han declinado esta propuesta y han decidido no incorporar dichas terrazas a sus establecimientos.
Por ello, entre las preocupaciones que han planteado los caseteros, está el hecho de que estas zonas vacías se conviertan en lugares para realizar botellón, para arrojar basura o como improvisados servicios, donde se acumule el mal olor y los desechos.
La delegación de Fiestas se ha encargado de tranquilizar a los caseteros garantizandoles que durante las fiestas el número de policías y agentes de seguridad será el suficiente, tanto de patrulla como de paisano, para evitar este tipo de problemas.
Otra de las preocupaciones manifestadas por este sector es el importante descenso en el número de las denominadas “caseras de marcha” o de jóvenes, lo cual puede hacer que éste público vaya a otras casetas, ya de por sí saturadas en determinadas horas del día o en algunos días concretos.
Asimismo, no sólo se ha visto afectada la celebración de la fiesta principal de la ciudad, sino que esta celebración también se ha visto influenciada por la celebración de unas elecciones tan solo dos semanas antes de su inicio y por el cambio de un equipo de gobierno.
Destacamos entre los aspectos organizativos y relacionados con esta Feria, la ausencia de la presentación del cartel anunciador de las fiestas, algo que desde el equipo de gobierno se había anunciado para después de las elecciones y que finalmente no se ha llevado a cabo; la supresión de las ayudas a las casetas que vendían vino de Chiclana en exclusiva en lo que a la tasa del suelo se refiere o la eliminación del acto de izado de banderas durante la inauguración oficial de las fiestas, una cita que se viene celebrando en la ciudad desde hace años, y que se ha eliminado sin ninguna justificación.