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En primera persona – Luces y sombras del acuerdo de París

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En primera persona – Luces y sombras del acuerdo de París

En primera persona – Luces y sombras del acuerdo de París

Un chiclanero, el Físico Jesús Martínez Linares, participó recientemente en la Cumbre de París sobre Cambio Climático. Todo un lujo para nuestra ciudad. Linares es, además, Presidente de SUSTENTA. Estas son sus conclusiones, en forma de conversación, de lo que ocurrió en París.

(Artículo escrito por Jesús Martínez Linares, Físico y Presidente de SUSTENTA)

En mis anteriores artículos ofrecí una crónica de cómo se vivieron los dos días claves del acuerdo de París, concretamente el viernes 11 y el sábado 12 de diciembre. Estas crónicas enfatizaban el aspecto humano y el ambiente que se respiraba en los distintos escenarios que sirvieron de marco a esta historia, tanto a nivel de calle como institucional. Ahora toca analizar el acuerdo en sí. Para mostrar de forma amena (¡y típicamente española!) las luces y sombras del acuerdo de París, imaginémonos una hipotética conversación en la barra de un bar entre Mr. Light y Mr. Shadow.

Mr. Light
“París es un acuerdo histórico, el más ambicioso de la historia de la lucha contra el cambio climático. Con carácter vinculante, se establece un máximo para el aumento de la temperatura media del planeta a finales de siglo entre 1,5º C y 2º C”.

Mr. Shadow
“Un mero brindis al sol, pues no se establecen los mecanismos que han de llevarnos a ese objetivo. De hecho, no se define ninguna fecha concreta para que se alcance el techo de emisiones en cada país por separado”.

Mr. Light
“Es cierto que el principal instrumento para conseguir el objetivo son las contribuciones nacionales a los recortes de emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora bien, 186 países de los 195 presentes en París, ya han presentado sus propios planes de reducción de emisiones de forma voluntaria, y es que la cumbre de París comenzó con la tarea preparada, idea que debemos agradecer a Laurent Fabius”.

Mr. Shadow
“Sí, pero estas propuestas son planes “NINI”, pues no son NI vinculantes NI suficientes. Aún si se llevaran a cabo, nos llevarían a un aumento de la temperatura media del planeta de cerca de 3º C a final de siglo”.

Mr. Light
“Bueno, pero por eso se han establecido mecanismos de revisión al alza cada 5 años, junto con herramientas de transparencia y de control como inventarios de reducción de emisiones. Además, el acuerdo recoge que los nuevos planes tienen que ser más ambiciosos que los existentes; ¡no hay marcha atrás!”.

Mr. Shadow
“Revisión que no se aplica para todo el mundo. El tratado incluye una excepción, China, quien se ha librado de estas revisiones aun siendo el mayor emisor mundial con 9.000 Tn de CO2 anuales. Tan sólo China es responsable de un 27% de las emisiones mundiales”.

Mr. Light
“Es cierto que hubo que ceder frente a China en este punto. Pero también es cierto que China ha prometido recortar sus emisiones por unidad de PIB entre un 60%-65% para 2030 con respecto a los niveles de 2005 y alcanzar su techo de emisiones para esta fecha. También es verdad para conseguir esta meta, China planea apoyarse más en la energía nuclear que en la renovable”.

Mr. Shadow
“¿Y qué me dices del segundo país más contaminante, de Estados Unidos? Obama ha presionado para que el tratado no fuera vinculante. Algo decepcionante de alguien quien nos hizo soñar con el “Yes, we can” y al final se ha quedado en el “Yes, we could”.

Mr. Light
“Con el capitolio dominado por los republicanos hubiera sido imposible que ratificaran un acuerdo vinculante; como ya le pasó a Clinton. Es verdad que quizás no pusiera toda la carne en el asador el Obama de la primera legislatura, el de Copenhague. No obstante, Obama este pasado verano aprobó mediante decreto el recorte de emisiones más ambicioso para la industria de Estados Unidos, un 30% para 2030. Además, impone la adopción de energías renovables a escala nacional. Este gesto ha sido fundamental para poder presionar ahora en París a India y a China. Parece que Obama ya está de salida y ha querido dejar un legado para la historia”.

Mr. Shadow
“Yo no estaría tan orgulloso. El planeta necesita un acuerdo vinculante y lo necesita ya. Es una cuestión de justicia climática”.

Mr. Light
“Es cierto que hay mucho en juego, pero también los intereses en contra del acuerdo son descomunales por lo que ha habido que hacer malabarismos. Poner a todo el mundo de acuerdo de cómo se cambia el sistema energético no es tarea fácil. Lamentablemente ha habido que renunciar al carácter vinculante del recorte de emisiones, pero a cambio casi todo el mundo ha entrado en el acuerdo. Lo han firmado 187 países de los 195 países que asistieron a la cumbre. Es todo un éxito si lo comparamos con el protocolo de Kyoto. El esquema de Kyoto de establecer primero un límite vinculante de reducción de emisiones para cada país, aunque más justo, se ha demostrado complejísimo. Aunque su objetivo era muy modesto, conseguir tan solo un 5% de reducción global con respecto a 1990, no consiguió hacer despegar un cambio del sistema productivo. Ahora Paris le da la vuelta a la estrategia. Para conseguir el cambio de tendencia hace vinculante el “que”, (el límite de 2ºC), y deja el “como” al mercado y a los países. La pelota está ahora en manos del binomio mercado-innovación tecnológica, y por otro lado de la ciudadanía, que debe presionar a sus líderes políticos en cada país para que no se duerman. Pero quizás lo hagan ahora, pues la carrera por dominar el mercado de la nueva economía verde ha comenzado. Donde no ha llegado la conciencia, quizás lo haga el mercado”.

Mr. Shadow
“¡Pues vaya tela! Estamos hartos de que el mercado y los intereses económicos dominen a la política; por encima del sentido común, de los ciudadanos y de los derechos ambientales. Pero es que encima vamos ya tarde para indefiniciones, ¡el Planeta no puede esperar!. De hecho, los países lo tienen ahora que ratificar el tratado en sus parlamentos y en todo caso el acuerdo no entrara en vigor hasta el 2020, y siempre que lo ratifiquen al menos 55 países que representen el 55% de las emisiones mundiales. El hombre ha entrado en el sistema climático como un elefante en una cristalería, y quiere salir también a paso lento de elefante”.

Mr. Light
“Cierto. Pero insisto, el acuerdo ya envía un mensaje claro a los mercados y a los inversores. El acuerdo es el certificado de defunción de la economía fósil a medio plazo. Para el año 2050 la primacía estará en las energías renovables, pues el acuerdo recoge que para entonces los países no emitirán más que lo que la naturaleza y la tecnología sean capaces de absorber. La transición de la economía fósil a la economía solar, la basada en energías renovables, ya está encima de la agenda a escala global. Podemos decir que después de Paris esta transición es irreversible”.

Mr. Shadow
“¿Pero de qué sirve si no se dice cómo vamos a llegar a este objetivo?. De nuevo un mero brindis al sol (nunca mejor dicho!) No solo hay indefinición en los plazos sino en la senda de descarbonización que tiene que seguir el mundo antes que nos explote la inmensa burbuja de carbono que la economía fósil está inflando temerariamente. Una vez más, las emisiones son algo que producen sobre todo los países del primer mundo y sufren más los del tercero”.

Mr. Light
“Bueno, hoy en día los países industrializados solo emiten el 35% de las emisiones mundiales de CO2. Ya el primer emisor mundial es China. India está también entre las 4 economías más contaminantes del planeta. En cualquier caso, en cuanto a la diferenciación, el acuerdo admite que son los países desarrollados quienes deben encabezar los principales esfuerzos. Por ejemplo, el de movilizar 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020”.

Mr. Shadow
“Insuficiente. Ya el informe Stern nos advierte que tenemos que invertir el 1% del PIB mundial anual si queremos evitar que el cambio climático nos cueste del 5 al 20% del mismo”.

Mr. Light
“Cierto. Por eso el fondo anual se revisará al alza a partir del 2025. París es el primer acuerdo universal en las historia de las negociaciones climáticas. Inicia una nueva etapa: la descarbonización de la economía. Es verdad que es tan sólo el primer paso, pero en la dirección adecuada. Dice Gandhi que la velocidad es irrelevante si vas en la dirección equivocada. En Paris hemos colocado la brújula en la buena dirección”.

Luces y sombras del tratado de París. He intentado con esta conversación ficticia abordar tan sólo dos ángulos de visión sobre el problema (¡y hay muchos más!). Parece que París no es un acuerdo suficiente, pero al menos es un acuerdo, y es universal. No es un punto de llegada, sino una puerta de salida que se abre tarde, pero se abre. Está claro que queda mucho por hacer y que no hay que bajar la guardia para presionar a los gobiernos que cumplan el acuerdo y revisen al alza sus compromisos. Estamos al comienzo de una historia que todos debemos escribir. Pero esta vez y a diferencia de Copenhague, todos los países marchan por fin en pelotón y por la dirección adecuada. En el futuro, los libros de texto dirán que París fue el comienzo del final de la era de los combustibles fósiles. París bien merece un acuerdo, ¡el planeta también!.

About Virginia Sánchez Moreno

Periodista y divulgadora científica. Promotora del proyecto La Ciudad de las Estrellas (CIE), primer complejo espacial de España. Blog laciudaddelasestrellas.blogspot.es

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