
Cuatro son los museos que enriquecen la oferta cultural de Chiclana de la Frontera. Vinculados -como no puede ser de otra forma- a la historia, las costumbres, las aficiones, la geografía y las industrias de la ciudad. El turismo en Chiclana lo agradece, se trata de una manera estupenda de conocer las profundidades de una tierra ligada al vino y la sal, que estuvo habitada desde tiempos achelenses (estadio cultural del Paleolítico inferior), por la que pasaron loas fenicios fundadores del templo de Melkart y de la ciudadela amurallada…
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Museo del Vino y de la Sal Chiclana[/caption]
Una ciudad de la que han quedado vestigios de la Antigüedad clásica: ánforas, monedas, platos, lucernas, lápidas, ungüentos. Fragmento del paisaje del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, cuyas marismas y esteros alimentaron una economía basada en las salinas y la almadraba. Vinícola y bodeguera, taurina y flamenca, la muy gaditana villa chiclanera se da a conocer entre lugareños y visitantes de muchas maneras. Pasen por el Museo de Chiclana, el Museo Municipal Francisco Montes Paquiro, el Museo del Vino y la Sal y el Museo de Muñecas Marín. Y lo verán.
